SONAR

Ayer finalmente nos vimos

En la sequía de tus amistades

En la escasez de mi tiempo

En la plenitud de tu paz

Ayer me perdí en tus lirios

En la estrechez de tus ojos

En el sonar de tu risa

En el radar de mi paz

Muy lejos de donde vives

Muy cerca de donde muero

Donde solíamos estar en siete años de cosa justa

Dos faroles muy formales te custodiaban. Te alegraban con su presencia amical. Te desprendiste de ellos con tu juvenil sonrisa y con tu paso ligero.

Seguro talla 35.

Abandonaste su mano, te separaste del grupo. Te saludé sutilmente como queriendo escapar. Al dominio de tus plumas.

Desdibujado, quizá.

Hay que agradecer al viento…

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