Ellos cambian la parafrasis ciega por copiar, comentar y negar. Por seguir a unos cuantos amigos y no salir de su confort social.
Ellas beben las marchas perdidas aduciendo que son «libertad» cuando lo inerte sabe que es mentira, tu sabes a azúcar y yo no sé a sal.
Y no gustan de ternos azules de elefantes rosas, de granjas de 300 pisos, cabañas que suben y bajan, pastizales repletos de autos.
Nosotros no creemos en la brevedad de la vida pero tampoco ustedes en la relatividad.
No en la venta de letras pastillas ubicadas entre la «W» y la «Y griega».
Yo sé a sal desde mucho antes de que tu nacieras y supieras que la tierra está abajo, el cielo arriba y el mar rodea toda la existencia.
Tu sabes a azúcar y no dulce – mente. Lejana-distante. Tu sabes que llego desde ningún puerto de minerales y piedras pero de seguro ignorabas que sabía más.
Ella no quiere saber nada y a nada y no quiere ni azúcar ni sal.
Y no cree en los puentes caminos de charcos sin rosas de sendos senderos y rojos destinos.
Petra Libertad.