ME ESTÁ MIRANDO, SERÁ QUE YA SE DIO CUENTA DE QUE LA OBSERVO DISTINTO

Pintaré primero a Vallejo que a Neruda – si hace falta,
Recordaré, también, los versos de mi madre,
Que no existen.
Con mil colores hablaré sobre el ocaso
Y con dos hierbas – terminaré, acaso
Enfermo.

No sé cómo describirme ahora,
Y no lo haré.

Que mis palabras no empañen tus lentes
Y mis silencios, no.
Eras linda a tres metros y sin llanto
Y ahora yo, te volví monotonía
¿Es justo involucionar por mis manías y que la rutina no nos deje compartir el manto?

Eras linda o sigues siendo, ya no importa
¿Acaso sonreirás si te lo digo?
Que mis gestos no profanen tu paz plena
Que mis intentos por parar no te detengan
Que mis ganas de fugar no te apresuren o te quiten tu naturaleza sobria y tu perfecto encanto.
Que mis palabras no me quiten lo que sientes
Y mis acciones, no.

Eras tan inalcanzable como la verdad y yo te volví más común que la arena en el desierto.
Y, ahora, pretendo dejarte
Luego de traerte flores como el otro día
Que mi despedida no ultraje tu apacible calma y mi soledad devota no te haga pensar que muero en vida.

Es difícil de aceptar, nos vemos luego. Lo es luego de seis años, dos meses y doscientos días.
Cuando quiero decirte algo ya no puedo
Y en sueños trato pero tu imagen es cada vez más traslúcida, y se va.

Espero que mi inmadurez no enfríe más tu castillo de piedra y que allá, donde me escuches, puedas.
Prometo reemplazarte u olvidarte antes de envejecer
Y crecer, más que tus cabellos, uñas y dientes

Prometo que tu ausencia no empañará mis lentes
Y tu silencio, no. Antes del amanecer.

Anda y fijate si no
Los ceniceros no pueden ser de vidrio
y la colmena te hace creer que las abejas temen
A ver si te animas a cortar un lirio
Haber sido lento cuando las aves vuelven

Anda y fijate si no
Los colores que un día coloreaste
Se vuelven gris, blanco, negro y transparente
Disfruta el cielo azul que no pintaste
Las golondrinas que huyen del sol caliente

Pensare que no me odias
Te daré mi usanza
Como nuestros intentos
Por coger el viento
Me entregaré a tu alma

Te pintaré el camino
Y me sentiré en tu calma sin ver lo que siento.
Las plantas son mártires de nuestros vicios.
Quizá y no estoy haciendo lo correcto.

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