Es parte de las tardes de la casa sin tus padres
que alimentaba el alma de tu amor preservativo
cansada de pasear sobre esas mismas plazas
y de besarte apenas en frente de los mismos.
Se peinaba de lacio y se vestía de carne
la mujer que una tarde se descubrió el ombligo
y llevaba un metal azul-negro, titanio
y un tatuaje de mandala que me dejaba en vilo.
Cansado de llamarle, con mi alma destrozada
comprendo que no viene por que no quiere el diablo
Haciendo un memorial de sueños compartidos
Me dejaba esperando. Pensando y respirando.
Siempre la misma excusa, princesa constipada
Mariposa de arrullo, sin escritor ni sueño
eras sombrero en paja o gorra beisbolista
eras vestido largo o desnudo en desenfreno.
Me alejaste de todo aquello muy seguro
en pleno muladar. Adiós, canina en celo.
No conocía los libros y me donó algunos
No conocía amor y me prometió el cielo.
A la locura nada, absurda, niña lista
¿Castigo por ser lista? – Responde la fulana
Almíbar en azufre, hedor verde-caricia
Por las espumas sube la sangre derramada
sobre la colcha fúnebre ayer tan animada
Pero que ahora es vieja, manchada, embalsamada,
echada a la basura…