Cierras los ojos para escucharte a ti mismo.
Dejas todo el silencio y dejas todo, luego, por el silencio mismo.
Apagas las extensiones que la modernidad vomita.
Tomas una siesta a pesar de no estar cansado.
Desbastado, devastado camino.
Vacía tu mente antes de poner más trigo.
Desbastado, devastado camino.
Ordena las alforjas antes de empezar a andar.
Siempre llega primero el que está más descargado pero no llega nunca el que, aún con carga, no quiere empezar a andar.