-14 O 41 (negativo de 14 de Pablo Neruda)

Peleas todas las noches con la oscuridad de la nada

Inoportuno visitante, te vas en el tallo y el fuego

Eres menos que éstos negros pies que levanto

Como las uvas que están fuera de mí cada noche.

A todas te parecías antes de que él te odiase

Déjame levantarte entre cuadrados violetas

¿Quién borra tus huellas con números de aire fuera de nubes del norte?

Aquí impide que olvide como serás mañana cuando no existas más.

De pronto la tierra calla y deja de llamar a mi puerta abierta.

El mar es un biombo pleno sin aves alegres.

De aquí no se aleja ningún mar, ninguno.

Se viste el humo.

Se quedan nadando los peces.

El humo. El humo.

Él sólo puede admirar la debilidad de los dioses.

El incendio consume los tallos blanquecinos pero permite el ingreso de los trenes que mañana liberaran el agua.

Ustedes no están allá. Se fueron.

Dejaran de preguntar hasta el primer silencio.

Aléjense de él para demostrar que le aman.

Aunque jamás camine una luz conocidas por sus cabellos negros.

Más tarde, se llevarán, más tarde, todos los arbustos teniendo hasta el amanecer hediondo.

Cuando su fuego alegre roce reviviendo capullos, él los odiará. Y su odio repercutirá en sus cuerpos de pasa.

Cuanto les gustará alejarse de él, a su cuerpo acompañado y urbano, a sus números que a ninguno atraen.

Ellos verán apagarse hasta el Sol y la Luna sin encontrarse los dientes y bajo sus cuerpos torcerse los amaneceres entre molinos de viento.

Sus palabras quemaron en mí hasta acabarme.

Él odiará en el futuro tu rostro de cuarzo dormido.

Hasta creyéndome, muerto, el servidor de la nada.

Me llevaré de tus huertos esquejes, lapagerias, nueces blancas y bolsas sin fondo de golpes.

Él quiere deshacer consigo mismo

Como el otoño a los frutos más secos.

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